Preámbulo de lo que seria una noche de pasión y dolor.
LAVATORIO Y CRUCIFIXIÓN
Solo, postrado en su catafalco esperaba el Señor su trance humano más amargo. Las miradas se concentran en la talla que preside el pasillo central de la Iglesia de los Santos Juanes. Son miradas melancólicas, miradas piadosas y tiernas. Todo esta a punto de consumarse.

Vino y romero de la tierra de Nava del Rey sirven para ungir el cuerpo de Jesús. Delicada higiene que representan dos jóvenes miembros de la hermandad. Mientras, una voz profunda y clara relata a los presentes como se va desencadenando la historia de aquel hombre que vino a cambiar el orden establecido.

Ahí esta la salvación del mundo. Mediodía de Viernes Santo. Todo está consumado
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